Las fabricas de las grandes potencias mundiales necesitaban materiales, tales como cuero, lanas, sebo, carnes , cereales y Argentina podía producir todo eso, pero para ello, hacia falta capitales, tecnología y mano de obra.
Se implementa un plan de crecimiento basado en un Modelo Agro-exportador en donde la Pampa Húmeda convenientemente explotada podría cubrir las expectativas de un futuro próspero para la Argentina.
La imagen institucional de Argentina en el exterior era buena, y países como Inglaterra apuntó sus capitales para esta región del planeta. Por otra parte el país le aseguraba grandes beneficios, es decir, su capital estaba protegido.
Se ofertaron mas de 30 millones de hectáreas que se habían conquistado en la Campaña del Desierto, aunque parte de ellas ya estaban distribuidas entre los mismos patrocinadores de la conquista.
En Europa la gente también deseaba buscar oportunidades fuera de su país, los pasajes en barco habían bajado gracias al avances tecnológico, además Argentina subvencionaba parte o la totalidad del costo del mismo.
Parte del capital ingles se destino a la promoción de créditos para la compra de tierras, a bajo costo y con grandes facilidades.
Se incentivo la agricultura y se crearon los medios necesarios para llegar a zona inhóspitas y a su vez se facilitaba la evacuación de los cereales en tiempo de cosecha.
Se construyeron puentes, caminos, puertos, ferrocarriles, telégrafos, teléfonos, depósitos, silos, etc..
En la década de 1880 las inversiones extranjeras aumentaron 10 veces con respecto a la década anterior, fundamentalmente capitales ingleses.
La red ferroviaria pasó de 2500 km. en 1880 a 9000 km. en 1890, fue un periodo conocido como la manía ferroviaria, por la gran cantidad de concesiones entregadas por el gobierno.
Las compañías ferroviarias obtenían grandes ganancias y prácticamente no eran controladas por el estado, que a su vez este les aseguraba beneficios mínimos. Se le regalaba 1 km. de territorio a cada lado de la vías del tren.
Hubo una gran concentración de vías en la zona pampeana, zona netamente fértil y prospera para la agricultura, donde se sacaba de inmediato los productos cosechados hasta su destino final en el puerto.
De 100.000 hec. sembradas en 1875 se paso a 800.000 hec. en 1885, es decir se aumento 8 veces las zonas sembradas., la mayor parte en Santa Fe que llego a ser el granero del país.
Las exportaciones de trigo aumentaron de 1100 ton. a 327.000 ton, lo mismo para el maíz que de 15.000 en 1880 se paso a 700.000 ton.
Paralelamente existió un crecimiento en la ganadería, particularmente en Buenos Aires, donde el numero de cabezas se duplico en solo 7 anos de esta década.
Se consiguieron mejores carnes, aptas para las exigencias europeas, nuestro ganado tradicional, huesudo, flaco y de carne dura se cruzó con razas como la Shorthon y Heresford.
Se cultivaron campos con cultivo forrajeo (alfalfa) lo que introdujo cuidados y cambios en la cría de ganado. No obstante seguía habido un 78% de ganado criollo o salvaje.
El ganado ovino de raza merino fue eliminado y reemplazado por el Lincoln por su mejor carne y cantidad de lana y su cría se desplazó hacia la Patagonia.
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